Hoy presentamos a… ¡Lanzas, el niño peonza!
agosto 24, 2006 at 7:37 pm 3 comentarios
Tras un parón importante seguimos introduciendo a los protagonistas de Weird Kids, la tira cómica de los niños raros. Si en la primera entrega hicimos mención de Niñapié, la más pequeña del trío, ahora le toca el turno al mayor de todos. Un niño físicamente muy especial llamado Lanzas: nombre que, aun estando inspirado en un amigo de los autores de la tira, no quiere decir que tenga que ver física o psíquicamente con él.
Lanzas no tuvo una infancia sencilla. Sus padres lo llevaron a infinidad de programas de televisión para hacer caja mostrando a la criatura como espectáculo de circo, aunque este tormento acabó cuando REALMENTE lo vendieron a un circo, en concreto a El Gran Circo de los Hermanos Wang Wo Pai. Fue durante este periodo cuando Lanzas aprendió lo que realmente era la fama, el llevar su propio destino. Sin embargo también desarrolló un carácter conflictivo debido a su ego superdesarrollado y al cinismo del que hizo gala desde entonces. Tenía tan solo cinco años…
Fue tal el éxito que tuvo el Niño Peonza que los hermanos Wang Wo Pai llegaron a depender de él como único número de todo el show. Sin embargo, ocurrió lo que siempre ocurre con las peonzas: un día son la moda que todos los niños siguen y al siguiente han perdido el encanto. Así pues, un buen día la gente dejó de ir al espectáculo y el circo se disolvió, dejando a Lanzas en mitad del desierto del Gobi. De los hermanos Wang Wo Pai no se llegó a saber más, pero se cuenta que no corrieron mejor suerte.
A punto de morir de deshidratación con ocho años, fue encontrado por un grupo de nómadas mongolos que lo condujeron a su campamento y, tras hacerles una demostración de su «giro de cabeza», lo adoraron como un Dios. Al día siguiente y tras habérsele pasado la borrachera, el grupo de nómadas mongolos vio a Lanzas con otros ojos. Durante un año fue el último mono de la compañía y suerte tenía si llegaba a comer dos días seguidos. Esta dura situación se prolongó hasta que una O.N.G. lo descubrió por circunstancias que no vienen al caso y lo repatrió a su país de origen, en el que pasó inadvertido ya que nadie se acordaba de él. Fue adoptado con diez años por una pareja de ancianos bastante inaguantables que le obligan a vestir con pantalones cortos, camisa y corbata, como los niños de hace sesenta años, lo que agrava aún más su mala leche.
Actualmente, Lanzas tiene casi once años y no termina de adaptarse a la ciudad. Además de su rudo carácter, las experiencias de todos esos años le han aportado varios superpoderes: sabe hacer karate, habla chino mandarín a la perfección, entiende a los animales de circo (si vienen de Oriente, claro) y cuando va a la playa no le hace falta echarse crema protectora. No sabe cómo ha acabado juntándose con niños tan raros como Globoy y Niñapié, aunque sospecha que su aspecto y sus peculiaridades no son buena tarjeta de presentación para hacer amigos más normales. Él pone la fuerza en el grupo pese a que aparenta ser algo enclenque. Su carácter de chico malo ha forzado algunos roces con sus amigos pero como todo chico malo, en realidad depende de ellos y se hace querer a la larga.
En la próxima entrega presentaremos al último personaje, a Globoy. Esperamos que os gusten las historietas que les aguardan a estos niños raros.
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1. dajoropo | agosto 27, 2006 a las 2:04 pm
Pero si quedan dos personajes, no? Globoy y el niño de la cara blanca ese, no?
2. weirdkids | agosto 27, 2006 a las 10:19 pm
Lo sabrás a su debido tiempo jejeje…
3. yuliya | abril 1, 2008 a las 8:36 pm
tu te matas???Ho que estas loco para ponerte na cuerda para parecer una peonza jajajaja…